miércoles, 4 de julio de 2012

El principio


Como todo relato, el mio tuvo un principio. Mi vida era normal, estudiaba y trabajaba, tenia distintos grupos de amistades con los que me gustaba pasar el tiempo, así como diversos hobbies o actividades que realizaba: senderismo, leer, cursos, ir a la playa, etc. Era una muchacha normal, no me planteaba el tener pareja, tampoco lo descartaba, era de las que pensaban que una relación no se busca, ni se fuerza, sino que se encuentra, aparece de improviso y va creciendo con el tiempo, pero tampoco pensaba que fuera algo necesario para ser feliz, como muchos cuentos de hadas nos intentan hacer creer a las niñas, narrando la historia del príncipe azul, que salva a la princesa y viven juntos y felices para siempre. 
Teniendo todos estos datos en cuenta os preguntareis, y entonces, ¿porqué dejaste que te pasara lo que cuentas?Echando la mirada hacia atrás, yo misma también me lo pregunto, y observando los acontecimientos desde fuera y lo más objetivamente posible, no entiendo como pude caer en esto, ni como no me di cuenta, pero lo cierto es que no lo vi, y lo peor de todo, es que en muchas ocasiones, llegue a pensar que yo era la causante de lo que estaba pasando, que yo lo había buscado y provocado. Patético ¿verdad? pues no os equivoquéis, cualquiera estamos a merced de este tipo de seres, lo único que necesitan es a alguien que este dispuesto a tener una relación y comprometerse, en resumidas cuentas, alguien a quien conquistar y que se enamore, lo cual son características propias de la especie humana, indiferentemente de su edad, sexo, nivel social, educación, religión, etc.

Mi primer contacto con él fue en un concierto, era amigo del novio de una amiga y me lo presentaron, ya había oído hablar de él, por su físico y "lo buen tío que era", según las descripciones de mi amiga y su novio. Esa noche no hablamos nada, ni tuvimos contacto, pues él estaba con sus amigos y yo con los míos, hasta que término el concierto y me quería volver a casa por encontrarme agotada. Mis amigos en cambio querían irse a un bar a seguir la fiesta y echar unas risas, por lo que mientras hablábamos de lo que íbamos a hacer, mi amiga, no se si en plan alcahueta o por miedo a que me fuera sola, le pregunto si me podía acompañar, ya que ambos vivíamos en el mismo barrio, a pocas calles de distancia y él también se recogía. Normalmente desconfío de andar sola a ciertas horas con un muchacho que no conozco, pero era amigo del novio de una gran amiga, ¿qué peligro había?. Por lo que comenzamos a andar, y por no hacer la situación muy incomoda, empezamos a hablar: ¿de dónde eres?¿a qué te dedicas?¿de que conoces a "x"?¿qué te ha parecido el concierto? etc. La verdad es que la conversación no dio para mucho, incluso, no me pareció un muchacho muy interesante, educado, encantador pero nada especial, nada destacable de entre los demás. Nos despedimos y me marche a casa.

Unos meses después, y sin haber tenido contacto con él desde el concierto, mi amiga dio junto a su novio, una fiesta en su casa, con motivo de haber empezado a vivir juntos, por lo que fuimos invitados los amigos de ambos. En esta fiesta empezamos a hablar un poco más, pero nada íntimo, en grupo, mientras cenábamos y bebíamos unas copas, tras la cena nos fuimos de bares a bailar y tomarnos otras copas y finalmente y al unísono todos decidieron irse a casa. Yo estaba pletórica, me había tomado unas copas de más y hacia meses que no salia por motivos de estudios, por lo que cuando todos dijeron que se iban, me quede un poco "chafada", intente convencerlos y alargar la noche, pero ...nada. De modo que tuve que aceptar el hecho de que me tenia que ir a casa. Como la vez anterior, y aprovechando que era vecino, le pregunte como se iba él, me dijo que andando y le conteste que me iba con él (sinceramente le podría haber molestado, o tener otros planes que no me tenia que haber comunicado, pero ya he dicho que me había tomado dos copas de más y si tenia que elegir entre irme sola a las 3 de la mañana o ir acompañada de un muchacho de casi 2 metros de alto que no era peligroso, por venir con recomendación de una amiga, prefería el guardaespaldas y volver tranquila y a salvo a casa) Una vez más, por el camino, estuvimos hablando de cosas sin fundamento y de como de repente todos habían dicho de irse, al decir esto pensé que a él también le apetecía quedarse un poco más pero claro, si nos tomábamos otra había dos posibles riesgos, al menos para mi:

1. Que él encontrará plan y me dejara tirada, por lo que me tendría que recoger sola.
2. Que se pensara que quería algo con él, aparte de tomarme otra copa y pasar un rato más de fiesta.

Para evitar ambas situaciones revise el monedero en busca de dinero suficiente para una copa y un taxi, en caso de que  me tuviera que recoger sola. La otra medida fue la de ofrecerle de tomarnos otra copa en un bar que cerraba más tarde que los demás, donde una compañera de clase, trabajaba poniendo copas, por lo que no estaríamos solos, al menos yo me sentiría más acompañada, para evitar mal entendidos. Él acepto, fuimos al bar, no estaba mi amiga, nos tomamos una copa y nos fuimos. En ningún momento paso nada, ni él intento nada, se comportó con completa corrección, respetando que yo mantuviese las distancias, no sacando temas incómodos, ni haciendo preguntas demasiado personales, por lo que para mi fue una noche bastante buena en la que había conocido alguien nuevo. De vuelta a casa, hablamos de la relación de mis amigos y que desde que estaban viviendo juntos estaban como más distantes, que era una situación normal pero que todos nuestros amigos se estaban emparejando y eso te dejaba en una situación a veces de "desamparo social", por tener tiempo disponible, pero no saber que hacer con él, pues nadie puede quedar. De este tema, pasamos al tema del cine, gustos, películas, etc. por lo que a raíz de ahí, me pidió el número de teléfono por si alguna vez iba al cine o hacia sesión de cine en su piso, para quedar. Tras la noche transcurrida no vi nada extraño, ni nada de malo, me pareció muy buena idea y se lo di, nos despedimos y se acabo la noche.

Al día siguiente, cuando me levante de la cama pensaba que la cabeza me iba a explotar, esas dos o tres copas de más me pasaban factura, así que después de comer, me acurruque en el sofá, me puse una película y dormí un poco la siesta para recuperarme. Al despertarme de la siesta , bastante avanzada la tarde, vi que tenía una llamada perdida suya en el móvil, le mandé un sms diciéndole que había visto su llamada perdida y le pregunté que qué quería. Me contestó en seguida con otro mensaje,diciéndome que me había llamado por si me quería pasar por su piso y ver una película, pero que al no responder, se había sentido rechazado y pensaba que no quería saber nada de él, como debo de explicar este sms iba con un jejejejeje después de esa frase, por lo que en ningún momento me la tome en serio, pensé que estaba bromeando. Ahora cuando lo recuerdo, me doy cuenta, que no era tanto una broma sino una verdad encubierta. Yo a esto, le mande otro sms diciéndole que estaba de resaca, había estado durmiendo la siesta, por lo que no le había cogido el teléfono y que no me apetecía mucho, que lo dejábamos para otro día. Él contesto: ok, pero la próxima vez que te llame, cógeme el teléfono, jajajajaja. Una vez más, pensé que estaba de broma, flirteando, por lo que le conteste: ya veremos, me lo tendré que pensar.

Dos días más tarde, un martes, me volvió a llamar. En este punto, tengo que aclarar que yo soy un desastre con el móvil (además de que no me gusta mucho hablar por teléfono, no le veo la cara a la otra persona y eso me incomoda), casi siempre lo tengo en silencio y no le presto mucha atención, salvo cuando se que alguien me va a llamar seguro o cuando tengo que realizar la llamada yo misma. Como que un chico te diga que te va a llamar no es una ciencia exacta, no estaba muy pendiente del móvil y cuando me di cuenta tenía dos llamadas perdidas de él, de hacia tres horas. Qué me llamará un martes me extrañó, ¿qué querría?, demasiado pronto para confirmar algo para el fin de semana, así que seguida por la curiosidad, la misma que mató al gato, lo llamé:

"Hola, he visto tus llamadas, ¿qué pasa?"
- Nada, tenía un hueco libre y te he llamado por si te apetecía tomarte algo de "tranki", pero ya nada porque me tengo que volver al trabajo.
"Aahh, pues nada" (tengo que admitir que soy bastante seca al teléfono por lo que ya he comentado)
- ¿quedamos otro día? ¿El viernes te va bien?
"Vale, ¿a qué hora y dónde?"
- Ya te aviso yo, que tengo que confirmar horario en el trabajo, pero sobre las 9:30,ok?
"Ok"

Así que quedamos para el viernes. Como ya he dicho en otra entrada, a veces, el sexto sentido, ese instinto de cautela o peligro que tenemos las personas, es más sabio que nosotros y deberíamos de hacerle caso. En ese momento, yo no sabia si sentirme alagada por su insistencia o agobiada, yo soy o era, una persona que se agobia en seguida y necesito mucho de mi espacio, así que como no quería ser descortés con el amigo del novio de mi amiga, la llamé a ella para pedir consejo, pues la situación me confundía un poco. Le explique lo de las llamadas, los sms y demás, le dije que me parecía que se estaba pasando, que iba con el acelerador puesto y yo no veía claro en que dirección iba, al fin y al cabo, solo me había tomado una copa con él y no me había planteado tener nada. Ella me dijo que no me preocupara, que era un encanto de chico, que quedará con él, me tomara unas copas, echara unas risas y me dejara llevar. Me tranquilizó.... a medias, pero le hice caso.





No hay comentarios:

Publicar un comentario